Definitivamente, muchas personas han aprendido a compartir los sentimientos dulces que existen en el
alma; han aprendido, también, a emplear palabras dulces, miradas dulces, tonos
de voz dulce. En este momento se vive la miel.
Cómo me hace falta un poco de “ser dulce”, (lo digo por mí.)
Sin embargo, tengo y tienes la oportunidad de empezar de nuevo.
La
amargura del alma se siente cuando somos dominados por la tristeza, la
desesperación, la nostalgia o el sentirnos moralmente defraudados bien sea por un proyecto o por alguna situación o persona. En esos momentos se vive la hiel.
Por
favor, vamos a darle un poco de dulzura a nuestra vida
alejandola de la oscura amargura.
La amargura la debemos desterrar del alma porque ella no se lo merece.
Nos amargamos porque no sabemos dimensionar el valor de las cosas, las virtudes, cualidades.
Recordemos que cada cosa tiene su valor y su sitio y cada cosa tiene su miel o su hiel.
La amargura la debemos desterrar del alma porque ella no se lo merece.
Nos amargamos porque no sabemos dimensionar el valor de las cosas, las virtudes, cualidades.
Recordemos que cada cosa tiene su valor y su sitio y cada cosa tiene su miel o su hiel.