18/4/16

Yo, el desesperado.

Existe un tipo de desesperación o impaciencia: "querer que los demás hagan las cosas como yo". 

Este tipo de impaciencia es sentir desesperación por algo que no depende de nosotros;  eso  es común sentirla porque no hemos madurado, porque hemos creido, sin reflexionar, que el mundo, las personas y las cosas debieran ser como yo pienso. Esto es una ¡tontería!

Sentir desesperación porque las demás personas no son, ni actúan, ni sienten como uno piensa, eso es algo que no tiene sentido; por lo tanto, es otra ¡tontería!

¿Desde cuándo las personas deberían ser como tu piensas o como  yo pienso?. 
¿Quién dice que en mi o en ti está la verdadera, única o mejor, o  genuina forma de ser?. 
El mundo ni se detiene, ni se mueve de acuerdo a como tú esperas o dices, o a como yo deseo que fuera.

Existe otro tipo de desesperación o impaciencia: la de los resultados esperados. 

Muchas veces deseamos que las cosas sucedan de inmediato. Y eso, simplemente, no es así. Todas las cosas, los procesos, las hechuras de algo tienen un tiempo de elaboración, de maduración y/o de terminación.  Por lo tanto, me pido y te pido, amablemente,: “No desesperarme. no deseperarte o no desesperarnos.”.  

Todo tiene un tiempo y un ritmo. El tuyo llegará a tiempo. El mio parece que ya llegó!

Hasta la próxima.

Escuela del Razonamiento 19 sept 2023