Cuando has caminado solo(a) un tramo de la vida es
posible que aparezca el fantasma de la desesperación; es posible, que
nos preguntemos: ¿y todo esto para qué?.
Es el momento de reanimarse, es el momento de levantarse y seguir caminando, pero -ya no más- solo(a) porque ha llegado a ti “una mano amiga”.
Cuando estás acostumbrado(a) a luchar solo(a) te sientes, sin darte cuenta, con la investidura de héroe o heroína.
Es el momento de reanimarse, es el momento de levantarse y seguir caminando, pero -ya no más- solo(a) porque ha llegado a ti “una mano amiga”.
Esa "mano amiga" puede aparecer de quien menos lo esperas.
Esa "mano amiga" aparece de manera providencial.
Esa "mano amiga" puede surgir de una palabra escuchada, de una mirada brindada o de un momento compartido.
Esa "mano amiga" llega como respuesta a lo que has pedido, deseado y exigido a los cielos desde el fondo de tu corazón.
Esa "mano amiga" aparece de manera providencial.
Esa "mano amiga" puede surgir de una palabra escuchada, de una mirada brindada o de un momento compartido.
Esa "mano amiga" llega como respuesta a lo que has pedido, deseado y exigido a los cielos desde el fondo de tu corazón.
Esa
"mano amiga" está llena de fuerza, fe, esperanza, calidez y alivio.
Ya no estás
solo(a). Ha llegado a ti, acepta esa mano y lo que ella expresa.
Te recuerdo que tu puedes ser la persona que representa esa "mano amiga".
Yo, la llamo Diosidencia.
Hasta pronto.
Te recuerdo que tu puedes ser la persona que representa esa "mano amiga".
Yo, la llamo Diosidencia.
Hasta pronto.