6/6/16

Mi nombre es Recuerdos

Dicen que el pasado no enseña nada nuevo; sin embargo, de los recuerdos del pasado, bien analizados, podemos concluir nuevos aprendizajes. Depende de que lado estés de la situación que se desea analizar.

De los recuerdos de la niñez podemos reaprender el valor de la amistad, el valor de la sinceridad y de la verdad. En nuestra niñez solo habían verdades, cosas buenas, sueños puros y deseos de crecer en estatura.

De los recuerdos de la pubertad podemos reaprender el valor de la autoestima, el valor de enfrentarse a los cambios aunque no se desearan. Cambiamos de niñez a pubertad. Con deseos de vivir con más pasión y en menor tiempo.

De los recuerdos de la juventud podemos reaprender el arte de ir a la preparatoria  o estudios universitarios,  el arte de pertenecer a algún grupo para vivir el sentido de pertenencia. El arte de sentir nuevas sensaciones, nuevas emociones. Todas ellas profundamente bellas y enriquecedoras. Al menos cuando se estaba en ese momento.

Si lo vez con el criterio de tu ahora, es posible que te digas "¿como pude hacer eso?", "¿que tonterías pensaba?". Si ahora piensas que todas las cosas de tu pasado fueron tonterias, es que no aprendiste a vivir por edad, ni por etapas. Te afirmo que esas vivencias eran quizá más auténticas a pesar de toda tu ignorancia, que las que ahora vives con toda tu sabiduría.

Si me veo ahora,  "me digo que necesitaba pasar por todo eso para convertirme en la persona que soy ahora."
En fin, benditos recuerdos, benditas edades, benditas y bendecidas vidas.

Hasta pronto.

Escuela del Razonamiento 19 sept 2023