10/6/16

Mi nombre es Viento.

El Viento y yo tenemos muchas cosas en común.

Nací en un día de vientos, he vivido los vientos más intensos y gratificantes durante los años vividos en el Norte de mi estado, mi ciudad natal y la casa en donde moramos hace ya muchos ayeres; sin embargo, esos vientos son para mí, simplemente, inolvidables. Los recuerdos que me evocan son sencillamente imborrables. Creo que de las cosas que más disfruto y me embelezan son los fuertes vientos, su fuerza, su canto, su destino. Benditos vientos.

Busco al Viento, llamo al Viento y siempre él ha acudido a mí cuando lo he llamado. El Viento y yo conversamos, nos fundimos en uno solo pensamiento, una sola fuerza y un solo camino.

El Viento y yo tenemos muchas cosas en común:
Esos vientos me han llevado y traido de Norte a Sur y de Este a Oeste. Tengo la fortuna de conocer el origen de los vientos. el Viento y yo somos uno.
 
Otros nombres de los Vientos  proceden de su fuerza o de otras características; p. ej.:  
Ventarrón, viento muy fuerte; 
Ventada, golpe de viento;  
Ventolera, golpe de viento recto y poco durable;  
Vendaval, viento diurno sin llegar a borrasca o temporal declarado;  
Ventolina, viento leve y variable en el mar;  
Brisa, viento suave que en las costas sopla del mar durante el día y de tierra durante la noche. 
 
Pues bien, en mi ser también existen "ventarrones", "ventoleras", "vendavales". De esas situaciones me encargo yo con gusto, con alegría y con el pensamiento en el viento.
 
Lo que he aprendido es a ser Brisa a través de mis letras. Darte un viento suave a tu interior para que calmes tus ansias inexplicables de lo desconocido o de lo esperado qu eno llega.

En este momento, quiero ser Brisa, para suavizar tu dureza, aligerar tu rudeza y fortalecer tu nobleza.
 
Hasta pronto.
 

Escuela del Razonamiento 19 sept 2023