La emoción de aprender; una lección de vida.
Pensé que algún día encontraría a alguien con alegre emoción por aprender. Lo comento porque, en estos años dedicado a este hermoso oficio de enseñar ideas, conceptos para aclarar visión del ser, no había visto, observado y había sido contagiado por la emoción de aprender algo.
Ayer encontré a esa persona, género femenino, vistiendo de negro o sonriendo en el alma. Ella, toda curiosidad, toda ansiedad, toda disposición por aprender y ordenar sus sueños, que estaban a punto de convertirse en pesadilla; no obstante, sonriente y sonriendo durante el proceso de la exposición de los temas.
Pensé que algún día encontraría a alguien con alegre emoción por aprender. Lo comento porque, en estos años dedicado a este hermoso oficio de enseñar ideas, conceptos para aclarar visión del ser, no había visto, observado y había sido contagiado por la emoción de aprender algo.
Ayer encontré a esa persona, género femenino, vistiendo de negro o sonriendo en el alma. Ella, toda curiosidad, toda ansiedad, toda disposición por aprender y ordenar sus sueños, que estaban a punto de convertirse en pesadilla; no obstante, sonriente y sonriendo durante el proceso de la exposición de los temas.
Me preguntaba en mi interior ¿qué estará viendo en su ser directivo
interior?; ¿acaaso esa alegría brota de la fuente de su creatividad?
¿habrá encontrado las respuestas a sus laberintos ocupacionales y
organizacionales?...Las respuestas viven en ella.
Ayer no dí una lección… aprendí una gran lección: ¡la emoción de aprender!
Hasta pronto.
Ayer no dí una lección… aprendí una gran lección: ¡la emoción de aprender!
Hasta pronto.