Aquí comparto una costumbre olvidada.
A los niños de los años 1950 se nos daba "nuestro domingo" y se enseñaba, también, a guardar dinero en una alcancía para algo en el futuro.
Ese dinero salía de “nuestro domingo”. Se nos decía, guarda un poco para que puedas
comprar lo que deseas. Por supuesto, que se nos preguntaba primero, ¿qué te
gustaría comprar?. No se nos insistía en guardar todo en la alcancía, solamente
una parte del dinero que se nos daba los días domingo. Esa tradición parece que
ya llegó a su final. La tradición del día domingo para los hijos menores de edad: “Papá ¿mi domingo?”.
Era costumbre que esperaramos el domingo como día y que esperaramos "nuestro domingo" como monedas que nos regalaban a todos y cada uno de los hemanos. Esas monedas ya tenían asignado su intercambio. Voy a comprar dulces, canicas, un trompo, o no sé cuantas cosas comprarían los demás niños.
Esa costumbre me dejó varias enseñanzas. Primero, el deber de un padre: compartir algo de su dinero. El deber del padre de enseñarnos el valor de dinero y del cuidado.
Para los niños el despertar de la esperanza del dia domingo, al menos para recibir monedas por una parte, el deseo de comprar uno mismo algo y sobre todo el saber ahorrar.
Espero que algunos de ustedes recuerden esa hermosa y pasada costumbre en familia.
Hasta pronto.
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