Cada
uno escribe su propia historia. La suya puede ser más divertida que
aburrida, o puede ser más alegre que triste o más dulce que amarga. O bien puede ser una historia llena de soledad, vacío y miedos. O, una llena de compañia, plenitud y valentía.
Escribir
una historia de vida es darte cuenta, que al menos disfrutaste de sus amaneceres,
atardeceres y anocheceres.
Escribir una historia de vida es darte cuenta, también, de los logros de tus proyectos, ideales o sueños. Es darte cuenta de lo que aprendiste y enseñaste. Es darte cuenta de lo que se vivió y de lo que se esperó o de lo que falleció.
Escribir una historia de vida es darte cuenta, también, de los logros de tus proyectos, ideales o sueños. Es darte cuenta de lo que aprendiste y enseñaste. Es darte cuenta de lo que se vivió y de lo que se esperó o de lo que falleció.
Te animo a escribir la historia que deseas vivir. Escribir lo que deseas que suceda... e(so es otra historia).
Todos
los días hay algo nuevo que escribir, especialmente el día que no se
había vivido en toda la eternidad. Ese día es hoy.
La historia, la hermosa historia del día de hoy. Para mí está siendo muy provechosa, retadora, esperanzadora y ensoñadora.
La historia, la hermosa historia del día de hoy. Para mí está siendo muy provechosa, retadora, esperanzadora y ensoñadora.
Si este es un nuevo día entonces, hay que escribir lo que queremos que suceda y no escribir lo que ya sucedió. Es por eso que digo que puedes escribir una historia pasada o una que va a suceder.
Y, usted ¿qué historia quiere escribir?
Hasta pronto.