5/8/16

Sueños sin final… son simplemente sueños.



Qué gran avenida, La Reforma,  en la Ciudad de México!. Por esos rumbos tuve los mejores momentos de reflexión. Allá nacieron mis sueños, nacieron contemplando árboles, sintiendo los vientos , respirando aromas de pasto recién cortado. Allá, en los años 60s.
Qué años, qué vida, qué sueños. Aprendí a soñar despierto y a despertar soñando.
Tuve sueños de todo y de nada.
Sueños de cosas pasadas y por pasar,
Sueños de estudios y de ocios.
Sueños de fríos y calores.
Sueños de disfrutar mi compañia y mi unicidad.
Sueños de vivir, sueños de todos colores, pero sin un final.

Eso les hizo falta a mis sueños y ensoñaciones: que tuvieran un final.

Como nunca lo ví, ese sueño se desvaneció.
Como nunca le puse fechas, ni colores, ni nada, ese sueño desapareció.
Como nunca tuve quien me enseñara, mis sueños se conviertieron simplemente  en nada.

Allá tuve los mejores momentos, los mejores sueños…lo único que permanece es esa Avenida Reforma en donde aprendí a soñar despierto y a despertar soñando.

Hasta pronto.

Escuela del Razonamiento 19 sept 2023